WANDERER
2019
492 · Creo que pensar el Tai Chi y otras tradiciones similares como "filosofía corporal" (tal y como hace mi amigo Diego Agulló) es muy correcto. El resultado de 2000 años de perfeccionamiento en un área hace que, visto desde fuera, sus aplicaciones parezcan como magia. Nuestra tradición occidental es imbatible en el campo de la argumentación racional e intelectual, pues llevamos siglos de tradición filosófica y científica, y los resultados y aplicaciones de nuestro saber teórico, de la física cuántica, por ejemplo, son pura magia para cualquiera que observe desde una tradición que no haya seguido nuestros hilos. Pero a nosotros nos pasa igual con el Tai Chi y otras técnicas de "argumentación corporal". Vemos los vídeos y demostraciones de los maestros de Tai Chi, ancianos que con un solo dedo lanzan a muchachos a varios metros de distancia, o les hacen dar respingos con solo tocarles un hombro... Y lo vemos como magia. Solo hay que ponerse ahí, delante de esos maestros, para sentir la fuerza inexplicable que te empuja; pero hay que entrenar y entrenar durante años y años para lograr tener ese control. Y es control corporal; saber corporal y no intelectual. No importa en absoluto cómo expliquemos esos fenómenos desde la fisionomía, la medicina o la biomecánica occidental. Adquirir el conocimiento teórico no nos llevaría en ningún caso a adquirir el control. Es como saber armonía sin haber tocado nunca un instrumento: por más armonía que estudies, jamás serás un músico si no empiezas a tocar, y si no pasas años y años tocando y tocando.
493 · Nuestra civilización es la civilización del pensar. Civilización de la ciencia y la filosofía... Y los demás todos ignorantes, bárbaros, salvajes y primitivos a los que debemos culturizar e iluminar con nuestro pensamiento. Nuestra civilización se legitima a sí misma en el pensar. El pensar produce "progreso". La nuestra es la civilización del progreso. Y el progreso es el culpable de la catástrofe. El pensar nunca estará en contra de nuestra civilización, sino que es su más estrecho aliado. Ya se ha pensado mucho, pero eso sólo nos ha llevado de un género a otro de barbarie.
Pensar es solo pensar. Se puede pensar mucho y ser un auténtico cretino: la moral no se puede pensar. Se puede pensar mucho y ser esclavo: la libertad no se manifiesta pensando, sino siendo, haciendo. El mundo son actos, no teorías. Si al pensar le sigue el pensar más, entonces no vamos hacia ninguna parte más que a seguir pensando. Seguir progresando. Platón se equivocaba: el pensar no nos saca de la caverna; el pensar nos mantiene en la caverna del pensar. El paso del mito al logos es solo un mito. El pensador es la mosca en la botella cazamoscas.
¿A qué se dedica el pensador, el intelectual? A pensar, decimos; pero lo que realmente HACE es estar sentado en una silla, leyendo, escribiendo, cavilando, releyendo, reescribiendo, volviendo a cavilar, siempre sentado en una silla... En eso consiste el "acto del pensar". Y así generación tras generación de pensadores. Nuestra civilización nos ha educado para ello. La intelectualidad forma parte integrante y vertebral de nuestra civilización. El intelectual debe pensarse a sí mismo en contra del sistema, pues en eso consiste ser un intelectual; sólo que el nuestro es el sistema de la intelectualidad: el sistema que se revisa intelectualmente a sí mismo para progresar. Ningún intelectual que se limite a pensar, leer y escribir, sentado siempre en su silla, va a salir nunca de la caverna de nuestra civilización. Salir de la caverna significa levantarse y salir: "Levántate y anda", le dijo Jesús a Lázaro muerto; para salir de la caverna hay que morir primero en el pensar.
En mi experiencia personal, como pensador e intelectual, esta es la conclusión a la que he llegado de momento: el camino del pensar debe conducir a dejar ya de pensar. La razón sólo legitima lo que quiere. No necesito razones para ser libre. Necesito las agallas de comportarme como si lo fuera...
494 · Claro que pensar tiene algo que ver con actuar, y al menos en un doble sentido. Primero, porque hay un "acto de pensar", el comportamiento adjunto a la tarea de pensar (en el sentido intelectual), que yo he resumido como estar sentado en una silla, leyendo y escribiendo, y habría que añadir "dialogando" (producir discursos argumentativos, juego de réplicas y contraréplicas, jugar al juego de los intelectuales que dialogan como metodología del pensar). Por otro lado, reconocemos también el actuar metodológico: "pensar antes de actuar", "comprender algo y actuar en consecuencia": se le puede llamar también "tecnología": producir técnicas a partir del logos razonador. En eso, de hecho, se basa el carácter "progresista" del pensar (eje de nuestra civilización): cuestionas, criticas, postulas, ensayas. Porque pensar piensa todo el mundo; de lo que habla el intelectual es de un pensar metodológico. Es el pensar (la razón) quien ha de marcarnos el camino a seguir. ¿No puede seguir uno los impulsos del bazo? El intelectual no ejercita el bazo, sólo el cerebro (como le decía Novalis a Fichte).
Lo que yo quisiera, entonces, es no reducir la "filosofía" o el "saber" al uso de la intelección y la razón. No limitar el pensar al pensar teórico e intelectual.
Diego Agulló me sugería dos ejemplos. Uno es ese concepto griego de "frónesis", que hace referencia a un "saber práctico". No es un saber racional ni intelectual, no se materializa en discursos ni teorías, sino que se manifiesta en el modo en que uno se desenvuelve en la vida práctica. Puede llamarse "arte de vivir". Un ejemplo muy español es el Lazarillo de Tormes.
El otro ejemplo tiene que ver con tradiciones que no han ejercitado tanto el cerebro (la intelectualidad razonadora) como otros órganos del cuerpo, por ejemplo, la respiración. Tradiciones orientales han ejercitado y desarrollado técnicas de respiración y de control corporal, que permiten adquirir estados corporales determinados que, según su filosofía de vida, nos predisponen a comportarnos éticamente de ciertas maneras. Por ejemplo, aprender a tranquilizar los nervios, a estar tranquilos, nos permite luego enfrentar los problemas de otro modo. La intelectualidad no nos enseña a estar tranquilos, a relajar el cuerpo, pero hay tradiciones que enseñan precisamente eso...
La cultura occidental siempre ha sido "despreciadora del cuerpo", y la inversión la dieron los griegos empezando por Platón (que consolidó la idea de que el alma inmortal estaba en la cabeza, y que el resto del cuerpo es solo pasión y engaño). La idea de hacer un uso metodológico del pensamiento intelectual es absolutamente platónica: solo la filosofía conduce al conocimiento del bien, y solo ese conocimiento nos conduce a la virtud. Hay que alimentar la intelección... Y yo digo que no; o que no solo. Que hay que alimentar sobre todo otras cosas... Platón nos engañó a todos, al reducir la filosofía al pensar intelectual... Me parece más importante aprender a respirar que a pensar (quizá porque pensar ya sé, pero ha respirar nunca me han enseñado).
495 · El intelectual cree que pensar es un acto revolucionario, y no es así; menos aún cuando se trata del pensar intelectual, y menos aún si procede y vive en el ámbito académico. Yo entiendo por "acto revolucionario" a uno que no sigue los cauces de la tradición, y que pretende desmantelar y transformar la tradición, enfrentándose a las instituciones que la respaldan. El pensar intelectual (la filosofía, la ciencia, el pensamiento crítico, la duda cartesiana...) no puede ser algo revolucionario, porque pertenece de suyo y en toda regla a nuestra tradición desde hace más de 2500 años. También el arte de intención intelectual y especialmente política es ya una práctica tradicional (desde hace unos 100 años) y perfectamente institucionalizada (museos y centros de arte contemporáneo, becas para creación experimental, cátedras de estética...). Revolucionario sería empezar a enseñar Tai Chi y técnicas de respiración y meditación en las facultades de filosofía. Revolucionario sería aceptar la risa cínica o irónica como argumento en un debate filosófico (algo perfectamente válido antes de Platón). Lo revolucionario es que el artista deje de ser artista y que el filósofo deje de ser filósofo. Muchos intelectuales creen escapar de eso al posicionarse en el límite de la filosofía y el arte, ni lo uno ni lo otro y las dos cosas a la vez, pero eso es exactamente en lo que ha consistido el arte contemporáneo y conceptual desde que comenzó. Para mí, hoy, lo revolucionario es no creer en el arte experimental, ni en el discurso intelectual, ni en general en el progreso. Trato de mostrar que la tradición intelectual es en gran medida la culpable del desastre.
Claro que estos textos míos nacen de la intelectualidad y se dirigen a ella; lo hago con ánimo de contribuir a ella, pero mediante su auto-crítica: mediante su propio sacrificio (Hegel).
496 · Los "intelectuales" y sus ideas son los que están detrás de eso que llamamos "Progreso" y "Civilización". La historia de la intelectualidad es inseparable de la historia de la barbarie, y viceversa. La existencia del intelectualismo ha servido y sirve para legitimar nuestro modo de vida, nuestra historia y lo que será nuestro futuro. Bajo la careta de la "filosofía", el "pensamiento crítico" y la "ciencia", la civilización occidental ha dado rienda suelta a su voluntad de poder. El intelectualismo no está ahí para otorgar la libertad a nadie, sino que está al servicio del poder, como todo lo que cae en nuestras manos. Somos animales salvajes; y la "razón" no nos extirpa nuestra animalidad salvaje. Muy por el contrario, la razón es utilizada por el animal salvaje para sus salvajes fines. 3000 años de intelectualidad son los que nos han traído aquí. Claro que la ideología intelectualista seguirá haciéndonos creer que nuestra vida es hoy más digna que hace 3000 años, y seguiremos creyendo en la eterna promesa del Progreso: que los grandes problemas de la humanidad se resolverán por la vía del progreso, la intelectualidad y la ciencia, o no se resolverán. ¡Sigamos confiando! ¡Tarde o temprano llegaremos a una planificación perfecta donde los humanos podrán vivir dignamente, en paz y de modo sostenible! ... ¡Cuánto idealismo! Lo que existe aquí es una confianza ciega en la civilización; y ésa es nuestra ceguera; ésa es nuestra esclavitud. A los ojos del Progreso, nosotros (humanos vivos hoy) somos todos sacrificables en pos del futuro prometido. ¡Aún confiamos en el venida del Mesías!, que, por supuesto, será un intelectual...
Si la intelectualidad fuera honesta, hace ya mucho que ella habría proyectado su pensamiento crítico sobre sí misma, y se habría denunciado a sí misma como co-responsable de la barbarie civilizatoria. ¡Pero no lo hará! ¡Porque aquí la intelectualidad es poder!
No se trata de confiar más o menos en los expertos o confiar más o menos en los ignorantes. En lo que yo no confío es en esta sociedad en su conjunto. ¿Miles de millones de almas viviendo en armonía? Todos hemos visto "Los Mundos de Yupi". La intelectualidad hace creer que los problemas de una colectividad como la nuestra tienen solución, pero sólo si los pensamos bien, muy bien. Y así llevamos 3000 años pensando... Creo que no: yo creo que la única solución a TU esclavitud es darle la espalda a esta sociedad cancerosa, buscar los márgenes, no dejarse seducir por sus metas, ni por sus ideales del éxito... ¿Para qué hemos venido los humanos al mundo? ¿Para producir y progresar? Yo me bajo de la rueda. Yo sólo podría confiar en una colectividad formada desde cero por mis amigxs y mis seres queridxs (una colectividad formada por los lazos del afecto), pero más allá de eso está la selva. El ser humano (más allá de los lazos del afecto) no es un animal precisamente confiable. ¿Pero qué puedes esperar de un animal salvaje que además tiene en sus manos los frutos de la ciencia? Seguimos fantaseando con la idea de que somos criaturas semidivinas, portadoras del hálito del Bien.. Yo, desde luego, estoy persuadido de que no es así.
Si la intelectualidad sirve de algo, sólo puede servir para convencernos de que ella no traerá ninguna solución. El intelectual no está ahí para solucionarnos la vida, sino para perpetuar esta forma de entenderla.
Nietzsche lo expresó muy bien (a mi juicio): "El error no es ignorancia, sino cobardía". Los intelectuales no tienen nada que enseñarnos, a no ser su propio sacrificio.
Palabra de intelectual (como un alarido que se aleja mientras cae por la ventana).
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